Los entornos
personales de aprendizaje son sistemas que ayudan a los estudiantes a controlar
y gestionar su propio aprendizaje. Este tipo de aprendizaje ha surgido como una
necesidad de facilitar la colaboración y la autonomía de los estudiantes. Por
tanto se han de adaptar no sólo los métodos y las dinámicas del aprendizaje
sino también los entornos e incluso la filosofía de este, para poder así
adentrarse en las innumerables posibilidades de la web social.
Por tanto es el propio alumno el que elige qué quiere aprender, marcándose unas metas y unos objetivos y con qué herramientas lo hará. Así existen dos tipos de entornos educativos donde podemos utilizar los PLEs: los formales y los informales, además de otros menos tradicionales, pero cada vez más en auge como las redes sociales, el compartir archivos o los servicios web.
Esta capacidad de gestionar el propio aprendizaje se ha visto enormemente potenciada por las herramientas que internet nos ofrece. Pongamos, por ejemplo, que queremos adentrarnos en el mundo de la Historia por nuestra cuenta.
Tenemos miles de recursos y herramientas para aprender a nuestro ritmo: blogs especializados, foros de usuarios con nuestras mismas inquietudes, subscripciones a listas de feeds, fotos, vídeos, grupos de redes sociales… en definitiva, la web 2.0 en su totalidad. La clave está en seleccionar lo que más nos interese entre todas estas miles de fuentes.
Así, podremos recibir una formación especializada y a nuestra medida. Si nos interesa más la rama de la historia antigua, seremos nosotros mismos los que elegiremos nuestro camino a base de descartar y seleccionar información. No habrá un temario cerrado que nos diga en qué debemos profundizar, nosotros mismos desarrollaremos ese temario a nuestro ritmo y por el camino que queramos.
Otro punto clave está en compartir: las herramientas de la web 2.0 no solo nos permiten compartir nuestras dudas e inquietudes para obtener respuestas, también nos permiten compartir recursos útiles o descubrimientos que hayamos realizado. Así, nuestro propio entorno personal de aprendizaje se nutrirá y beneficiará del entorno de otros, fomentando el compartir de información útil entre comunidades con nuestros mismos gustos.
Por tanto es el propio alumno el que elige qué quiere aprender, marcándose unas metas y unos objetivos y con qué herramientas lo hará. Así existen dos tipos de entornos educativos donde podemos utilizar los PLEs: los formales y los informales, además de otros menos tradicionales, pero cada vez más en auge como las redes sociales, el compartir archivos o los servicios web.
Esta capacidad de gestionar el propio aprendizaje se ha visto enormemente potenciada por las herramientas que internet nos ofrece. Pongamos, por ejemplo, que queremos adentrarnos en el mundo de la Historia por nuestra cuenta.
Tenemos miles de recursos y herramientas para aprender a nuestro ritmo: blogs especializados, foros de usuarios con nuestras mismas inquietudes, subscripciones a listas de feeds, fotos, vídeos, grupos de redes sociales… en definitiva, la web 2.0 en su totalidad. La clave está en seleccionar lo que más nos interese entre todas estas miles de fuentes.
Así, podremos recibir una formación especializada y a nuestra medida. Si nos interesa más la rama de la historia antigua, seremos nosotros mismos los que elegiremos nuestro camino a base de descartar y seleccionar información. No habrá un temario cerrado que nos diga en qué debemos profundizar, nosotros mismos desarrollaremos ese temario a nuestro ritmo y por el camino que queramos.
Otro punto clave está en compartir: las herramientas de la web 2.0 no solo nos permiten compartir nuestras dudas e inquietudes para obtener respuestas, también nos permiten compartir recursos útiles o descubrimientos que hayamos realizado. Así, nuestro propio entorno personal de aprendizaje se nutrirá y beneficiará del entorno de otros, fomentando el compartir de información útil entre comunidades con nuestros mismos gustos.
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